Y es que la bella ciudad de Arucas se quedó de Piedra Motorizada al ritmo de romerías de visita. Los artesanos de la Plata llegaron cargados de ilusión y sitiaron el casco histórico, los jardines y los accesos de entrada. Era una invasión pacífica, llena de suculentas historias de motos de antaño y de intrépidas amazonas motorizadas.
Un señor llegó el viernes, buscando la carrera de cintas en motos y revindicando mostrar su historia, "yo fui un ganador nato con mi vespa en las carreras de cinta de la época..." decía.
"¡Mire los periódicos para que vea!". Tenía tantos deseos de compartir su historia, que le invitamos al fin de semana para que encontrará a las nuevas tribus de tal menester.